Cuando producto o servicio llega a través de correo electrónico a un prospecto o posible cliente que no te conoce aún estás ante un cold mail o email a puerta fría.
Este cliente PUEDE estar interesado en ti o en lo que ofreces, solo que debes saber cómo hacer para que:
ese email llegue,
que lo abra,
que responda a tu llamada y sepa de ti cada día un poco más hasta que se convenza de eres un experto en tu tema.
Todos sabemos que lograr que nos lean (o que nos abran tan solo) uno de nuestros mails depende de la autoridad que tengamos nosotros, o nuestra marca, con la persona o empresa a la cual estamos enviando el mail.
Es por eso que, enviar un email a un cliente que aún no te conoce se debe manejar con un profundo conocimiento de tu producto o servicio; y muy especialmente de las necesidades de la persona que tiene que abrir tu correo electrónico.
Nunca spam. Debe ser un trabajo orgánico y de crecimiento día a día. No existe la fórmula mágica para que miles de personas abran “de una” nuestros correos. No existe, olvídalo.
El email y las bases de datos, por más que son entes independientes, son como hermanitos mellizos: nacen, crecen y se reproducen y mueren JUNTOS.
Si tu misión es solo ganar dinero, te ganará una empresa que anteponga el cliente.
